viernes, 15 de enero de 2010

El Ego



Una ola pequeña le pedía ayuda a una ola grande en una playa. Le decía que era muy pequeñita y que quería que la ola grande le diera un poco de su agua. Pero la ola grande no quería darle ni una gota. La ola pequeña le siguió rogando por un tiempo, pero la ola grande nunca cedió. Después de unos minutos ambas olas reventaron y se fundieron en el mar. Dentro del mar se dieron cuenta que ambas eran solo una ilusión temporal y que toda el agua era un sola unidad: el mar.

Lo mismo le ocurre al ser humano, cada uno se siente una ola diferente. La mayoría no quiere soltar ni entregar ni una gota de sus recursos. Pero lo que no saben es que después, cuando dejemos este plano material, cuando tengamos que morir, nos encontraremos que todos somos un solo mar de energía divina. La forma, intensidad, velocidad y tamaño de cada ola no interesa, todas pertenecen a un solo mar. Pero los humanos se concentran en las diferencias y no ven la unidad.

Si tu mano izquierda se golpea y te duele ¿la sobas y la ayudas con la otra mano? Lo haces porque estas convenciso que forman parte de un mismo cuerpo.

A través de la Meditación, descubrimos que todos somos parte de una misma conciencia cósmica, que las plantas, los insectos, los animales, los demás, somos todos una sola unidad. Dios.

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